sábado, 7 de agosto de 2010

Adrian Belew Power Trio en Chile 06-08-2010


Buscar adjetivos para definir lo que se vivió anoche en el teatro Nescafé de las artes no es tarea difícil. Desde "increíble", "espectacular", "impresionante", "majestuoso", hasta "demencial", "bizarro", "vanguardia" etc... todos son aplicables ante tamaña presentación. Naturalmente surgen los clásicos clichés como lo son feeling v/s tecnicismo, abuso de tecnología v/s lo análogo, vanguardia v/s old style etc.. pero ¿que es lo que realmente vimos anoche?.
Después de un correcto teloneo del músico chileno Silvio Paredes, quién fue recibido respetuosamente por el público, hizo su aparición en el escenario el legendario Adrian Belew(60), acompañado de la bajista Julie Slick (23) y del baterista alemán Marco Minneman(39). El show comenzó con el tema "Writing on the wall" desatando la euforia de los presentes y de paso, reventando los oídos con un sonido en extremo agudo que, afortunadamente, fue rápidamente solucionado desde la mesa. Con un Adrian Belew haciendo parir su exquisita guitarra Parker fly signature, quedo claro desde el principio que el guitarrista esta lejos del ocaso de su carrera. Como se podía preveer desde sus inicios con Frank Zappa, Talking Heads y King crimson, su constante busqueda de sonidos y nuevas posibilidades lo llevarían por un laberinto del que pocos logran encontrar la salida, pero tipos como Belew se pasean cómodamente através de terrenos inexplorados y dan forma a una música que difícilmente puede ser digerida por un oído "normal". Belew no tiene límites a la hora de componer, mezclando pasajes cromáticos y atonales desconcertantes, jugando con el funk, el rock y con los cambios de métricas para hecharlo todo a la juguera y convertirlo en canción cuando quiere y mutilando la forma de esta misma con improvisaciones de más de 10 minutos en el escenario.
El punto que llama la atención es el como Belew combina sus sonidos e ideas interválicas para dar con una inusitada belleza detrás de todas esas capas de información. Cualquiera puede tomar su guitarra y tratar de "pelar el cable", pero de ahí a hacerlo con instinto, talento, sentido musical y mas encima con pasión, no es tan fácil. El control de Belew sobre su guitarra y su equipamiento es simplemente asombroso. Disparando loops con los pies, cambiando de switch en la guitarra, manejando un notebook y para coronarlo todo cantando como los dioses. Esa bella voz, que se mantiene intacta después de 30 años, es verdaderamente una delicia a los oídos. Melodiosa, enérgica y sarcástica dependiendo del momento, la voz de Belew tiene para rato y sumándole la eterna sonrisa en su rostro, esa sonrisa relajada y carismática, terminan por hacer de este viejo una genuina maravilla de artista. Nada más que decir, un ídolo, un maestro, un ejemplo a seguir.
Caso aparte es la bajista Julie Slick. Es gracioso como una bajista mujer puede tener mas "pelotas" que un montón de bajistas hombres. Tiene todo lo que se puede requerir de un bajista: sonido, onda, dedos, actitud etc.. factores con los cuáles deslumbró a toda la audiencia. Virtuosa, sabe cuando tocar menos y cuando tocar más, le voló el techo al teatro cuando hizo bramar su bajo con un pedal de distorsión. Una bestia del bajo que ya se la quisieran muchos en sus bandas. Por otro lado, Marco Minneman aporta el lado matemático al trío, llevando al límite ritmico cada una de sus intervenciones. Ultra virtuoso , con un poderoso golpe de caja y una independencia realmente "extrema", brindó un infartante solo de batería en el que dejó en claro el porque es uno de los mejores bateristas del mundo en la actualidad.
El repertorio estuvo basado en la carrera solista de la última decada de Belew, con míticas interpretaciones de temas de su etapa con King Crimson . Se escucharon "Dinosaur", "Three of a perfect pair" y "Thela un ginjeet" entre otros, temas con los que literalmente el teatro se vino abajo. Una velada histórica, en la que Belew se sintió como su casa( hasta llegó a decir que hace tiempo que no tocaba para un público tan prendido) y nos dió la posibilidad única de presenciar algo que no se ve todos los días por estos rincones del mundo. Solo el sabrá que rumbo tomará su música en el futuro, pero de seguro nos seguirá sorprendiendo por mucho tiempo más, como lo hacen los genios, los artistas de verdad, los innovadores.



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